Agon! La competición en la Antigua Grecia

¡Me dicen que estamos de vuelta y con muchas ganas de Grecia, amantes de la mitología! En nada de tiempo se ha pasado el verano y para muchos toca vuelta a la rutina, una competición por dar lo mejor de nosotros cada día hasta el próximo respiro que nos de el año. Exactamente lo que hacían los griegos, competir, un espíritu que creían inherente al ser humano y que transmitían a través del enfrentamiento respetuoso y positivo.

He aquí uno de mis últimos descubrimientos. Resulta que Caixaforum Madrid abrió hace dos meses la exposición «Agon! La competición en la Antigua Grecia» y, como podéis imaginar, en cuanto he tenido un rato libre me he presentado allí.

Tenéis hasta el 15 de octubre; os dejo aquí el enlace para que podáis consultar horarios, precios, dirección y contenido.

¡Vamos allá!


     Para entender hasta qué punto era imprescindible la competición, el debate democrático y la lucha armada para nuestros griegos antiguos, debemos empezar por el principio. La mitología griega se divide en seis ciclos por temática:

  • Cosmogonía: la creación del universo y todo cuanto habita en el mismo. Gea, Urano, Cronos, los titanes y la primera generación de dioses olímpicos protagonizan esta fase. Es aquí cuando presenciamos la primera lucha, la del poder: Cronos devorando a sus hijos.
  • Primera generación de olímpicos: Tras la derrota de Cronos y la guerra contra los titanes, Zeus y sus hermanos se instalan en el Olimpo. Ahora Zeus es el gran dios.
  • Segunda generación de olímpicos: Los dioses hijos de Zeus entre los que se encuentran Ares, Atenea o Apolo.
  • La edad de los héroes: Aquí es donde se centra la exposición de la que hoy venimos a hablar. Aparecen grandes hombres y mujeres que por su singularidad llegan a oídos de los dioses, muchos por ser procreados por su unión con un mortal. Conocemos a Heracles, Perseo y Teseo, entre otros.
  • El ciclo tebano: los acontecimientos ocurridos en Tebas con Edipo y la guerra de los tebanos contra los argonautas.
  • El ciclo troyano: la histórica guerra de Troya donde conocemos a Aquiles y Ulises.

     Observad que tanto dioses olímpicos, dioses menores, titanes, animales mitológicos, héroes, semidioses y mortales escriben la historia en torno a guerras y demás conflictos.

    La exposición Agon!, palabra que en griego significa enfrentamiento o disputa, se centra en la edad de los héroes que, al ser la mayoría mortales, fueron de mayor inspiración para la escultura, la cerámica, el teatro, la poesía, los juegos y el deporte en la Antigua Grecia.

Niké, Victoria romana
Niké, Victoria romana. Diosa alada de la victoria.

     Al entrar, te recibe una estatua en tamaño real de Niké, la diosa alada de la victoria que conectaba el mundo de los dioses con el de los mortales. A menudo se representa en miniatura en manos de Zeus o Atenea, pero tiene otras muchas, como la conocida Victoria de Samotracia del Louvre.

     Los griegos aspiraban a lograr la perfecta combinación entre cuerpo y alma y es por ello que admiraban a los héroes y agradecían los premios en las diferentes competiciones (juegos, deporte, música, teatro, poesía y guerra). El reconocimiento más común era la corona de olivo (Atenas), laurel (Delfos) u otras plantas dependiendo de la región en que se encontraran; aunque siempre bastaba con el aplauso y el agradecimiento del pueblo.


Juegos infantiles – Iniciación a la competición

     Aunque dependía de la ciudad en que nacieran, los griegos recibían instrucción militar desde pequeños. Eran entrenados con juegos de lógica, lucha cuerpo a cuerpo y disciplina en todas las ciencias. Aun así, siempre había tiempo para sus propios juegos como los dados (exactamente iguales que los de hoy, por cierto), el baile, el salto de cuerda y los juegos de manos, llamados «morra». Todo el material se fabricaba a partir de conchas, huesos, rocas o cascaras de frutos secos como la almendra.

     Platón consideraba que estos juegos eran vitales para el desarrollo humano, tanto de pequeños como mayores. El juego de manos fue retratado en multitud de vasijas de cerámica y de hecho, hay algunas en las que se representa a los soldados jugando en tiempos libres de la batalla. Y sabed que no estamos tan lejos de ellos como parecen. Allí, miles de años antes, ya se jugaba a la rayuela o a la gallinita ciega.


La competición deportiva – En cuerpo y alma por el honor

Las celebraciones deportivas recibían más público que cualquier representación teatral o debate político y es que era aquí donde podría apreciarse el amor por Grecia y el culto al cuerpo. Viajaban de todas partes de la península hacia Olimpia o Atenas, allí donde fueran a celebrarse las olimpiadas que aun mantenemos y, aunque duraban varios días, suponía tal esfuerzo, entrenamiento y organización que merecía la pena quedarse.

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Herma de Demóstenes, orador y político griego

Aprendí dos cosas: los griegos, a diferencia de las estatuas en mármol romanas, preferían esculpir a los grandes atletas en bronce para apreciar la brillantez de su piel, ya que se engrasaban en aceites para favorecer la velocidad en las pruebas (y la belleza de su porte, que no podía ser menos).

A propósito de esto último, en los vestuarios tenían lavaderos comunes y una decoración bastante peculiar. Contaban con columnas de metro y medio a dos metros, llamadas hermas, donde se solía representar a grandes iconos de la historia o al dios Hermes, de ahí el nombre de la formación, que además de mensajero de los dioses era venerado por su velocidad.

Se esculpía el busto del personaje y los genitales, siempre masculinos, para representar la virilidad y la fuerza de los hombres.

 

 


Teatro, poesía, música y baile – arte como vía de comunicación

     Todas las ciudades griegas se edificaban en torno a la acrópolis, que además de centro para el culto de los dioses, era una zona de congregación para ceremonias y espectáculos. Es por ello que en todas las laderas de las acrópolis podemos encontrar un teatro, normalmente dedicado al dios Dionisos (como el de Atenas), donde se representaban obras de tragicomedia y recitales de poesía, conciertos y bailes.

     La música, como el baile ha sido desde el principio de la historia una forma de entretenimiento, celebración (tanto de vida como de muerte) o ritual amoroso. La primera foto muestra una figura de terracota de unos 20 cm que representa una mujer bailando. En la Antigua Grecia había dos tipos de danza: una estructurada, lenta y formal, para funerales y teatro; otra llevada por la pasión, el deseo sexual y el movimiento sensual, la danza de Dionisos representada por la figura.

     Tanto la danza como el teatro se acompañaba con música, normalmente tocada por instrumentos de cuerda como la lira o la cítara (en la imagen), ambos instrumentos característicos del dios Apolo. La primera cerámica muestra un paisaje campestre en el que dioses y criaturas tocan la cítara; la segunda, la coronación del ganador en una competición deportiva, donde se distingue a la diosa Niké portando la corona de olivo (también en la imagen). 

Máscaras cómica y trágica
Máscara cómica y trágica

     No hay duda de que esta pieza llama la atención a simple vista, no tardé en reírme al verla y es que demuestra hasta qué punto era importante la exageración en la dramaturgia griega, que surgió a partir de la tradición oral de los poetas de ficción. Mitos y poesías solían centrarse en las tragedias griegas y, en menor medida, las comedias.

     Había tres tipos de obras: las tragedias, los dramas satíricos y las comedias. Los actores siempre eran hombres sin importar el personaje a interpretar y se apoyaban en un coro de unos 50 intérpretes. Al final de las obras, el jurado ateniense deliberaba sobre la mejor obra y el dramaturgo vencedor (no los actores) recibían calderas de bronce y coronas de hiedra.

Las nueve musas de Apolo
Cada musa representaba una disciplina: poesía, pintura, música,…

     Esta base de mármol servía de soporte para una máscara trágica metálica no conservada. Lo más seguro es que fuera decoración de algún teatro ya que podemos distinguir las figuras de algunas de las nueve musas de Apolo, transmisoras de creatividad y por ello veneradas por artistas en muchos santuarios.

 


Guerra y muerte – la última oportunidad de ser grande

El espíritu competitivo era, sin embargo, más visible en la guerra. Los griegos vivían en constante lucha entre vecinos o por invasiones varias, pero es que la formación como soldados era inculcada desde sus primeros años de vida.

Las representaciones de batallas, reales o imaginarias, son uno de los principales recursos para el arte en cerámica y en escultura, seguidos de cerca en el teatro, la poesía y la mitología. Destacar en la exposición el viaje de Ulises, los trabajos de Heracles y las esculturas en memoria de los grandes héroes, como Aquiles en Troya.

Y aquel que conseguía ser héroe en vida acababa como héroe en la muerte. Son muy distinguibles las tumbas y cementerios enteros con grandes florituras, querubines y flores con que se enterraban a los caídos en batalla que aquellas más planas de los ciudadanos de a pie. Destacable el fragmento tallado en piedra del Mausoleo de Halicarnaso donde se representa la batalla entre griegos y amazonas, perfectamente conservado.


«Intentasteis robarme mi mundo, el mundo que construí con mis propias manos» Ulises

GCL


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