Las Alegorías de Palas Atenea en la catedral de Sigüenza

Bienvenidos, amantes de la mitología, a una nueva publicación en la categoría de Mis descubrimientos. Resulta que este fin de semana de junio he tenido el placer de visitar Sigüenza, un municipio español que pertenece a la provincia de Guadalajara, en la Comunidad de Castilla-La Mancha. Este lugar que, sin duda, retrotrae al turista a tiempos de la Edad Media, con una fuerte influencia de la romanización, la presencia musulmana y la reconquista cristiana en el siglo XV.

Entre calles empedradas, esculturas e imponentes construcciones encontré la Catedral de  Santa María de Sigüenza, de estilo románico-gótico, que guarda los tapices con motivos de la mitología griega que hoy paso a comentar.

Espero que os guste y recordad que nos leemos en Twitter, @EOD_blog


La catedral de Santa María de Sigüenza está dedicada a la patrona de la ciudad, Santa María la Mayor, y como tal se originó en 1124, cuando el obispo Bernardo de Agén logró completar la reconquista del territorio a los musulmanes.

A mediados del siglo XVII, se cuelgan por primera vez, en el Altar Mayor, una serie de tapices flamencos que regala el obispo Andrés Bravo de Salamanca a la catedral. Son en total 16 obras divididas en dos colecciones: Historia de Rómulo y Remo y Las Alegorías de Palas Atenea, que son las 8 representaciones que vamos a comentar. Hoy se ven en el interior de la catedral, en una de las salas del claustro, a través de la visita guiada que puede contratarse por 7 euros. Perfectamente conservados y restaurados, se aprecia la armonía y composición de la imagen con los personajes, así como la predominancia del color azul y los motivos ornamentales en relieve de los marcos.

Las ocho escenas de Palas Atenea representan en general la figura y modales del buen gobernante, así como la responsabilidad que recae sobre el mismo de preservar la Paz antes que la guerra, la cultura, la justicia y la religión en sus dominios. Recordemos que Palas, titán de la sabiduría en la mitología griega, se usa en ocasiones como epíteto de la diosa Atenea para representar la inteligencia y el poder de la mujer: cuenta la historia que Palas trató de violar a la diosa, pero esta le mató y usó su piel para hacerse una coraza, la Égida.

 

Ares huye y Zeus celebra el fin de la guerra por Palas y la Paz

Ares huye y Zeus celebra el fin de la guerra - Catedral de Sigüenza
Cuatro personajes presentan la escena. En un primer plano, Palas y la Paz, que representan el fin de la guerra. En un segundo plano, Zeus que observa y Ares que huye derrotado.

Zeus, desde las alturas, presencia como Palas Atenea derrota al dios de la guerra, que huye débil tras el triunfo de la paz. La diosa pisa con fuerza los restos de armas y trajes de batalla mientras la Paz los quema con la antorcha de la victoria y sostiene, con el otro brazo, una rama de olivo (símbolo de Atenea). La diosa de la sabiduría se descubre y muestra su égida, sujeta al casco por la gorgona Medusa.

 

La recompensa de las armas

La recompensa de las armas - Catedral de Sigüenza
El tapiz se divide en dos mitades: la mitad derecha representa a los vencidos pero nobles, el bien; la mitad izquierda,a los vencedores y partidarios de la guerra, castigados por Palas Atenea.

Palas preside la escena entre dos combatientes de guerra. A su derecha, el vencedor, es coronado con el laurel y recibe una bola de cristal, símbolo de la fragilidad de la gloria obtenida por la fuerza de las armas. Su Fama, representada arriba por una mujer, proclama con dos trompetas que ese hecho será algo fugaz. A su izquierda, la Victoria alada sostiene el verdadero laurel y los hombres, abrazados por la Paz, reciben la corona de oro de los emperadores vencedores, que son los que tratan de evitar la guerra.

 

El triunfo y la gloria

El triunfo y la gloria de Palas y de la Paz - Catedral de Sigüenza
Un cúmulo de armas llama la atención sobre la presencia de cuatro mujeres, que representan en orden: la Gloria, la Victoria, la Paz y la Sabiduría.

Las armas que se acumulan simbolizan el fin de la guerra. La Victoria descansa sobre el escudo de los que han sido vencidos mientras se apoya en otro con su nombre. En este mismo escudo también está la mano de la Paz, que deja caer los abundantes frutos y regalos de su cornucopia. A la izquierda de estos personajes, la Gloria se apoya en una pirámide, símbolo de lo que puede construirse en tiempos de paz; a la derecha, Palas permanece en un segundo plano dejando lucir su escudo con la cabeza de Medusa.

 

El castigo de Palas a vagos y perezosos

El castigo de Palas a Vagos y Perezosos - Catedral de Sigüenza
El simbolismo es especialmente importante en todos los tapices de esta colección. Igual que el oro, el laurel y la palma representan el honor y la paz; el asno, la liebre y la tortuga representan el mal, el miedo y el mal trabajar.

Dos hombres aparecen amenazados por la diosa Palas Atenea mientras sus mujeres huyen al fondo. Estas, con una liebre en la cabeza, símbolo de la cobardía y el miedo, y sus dos esposos representando la pereza con la piel del asno y la torpeza con la tortuga.

Es destacable la actitud de enfado de la diosa, que nunca tolera semejante muestra de debilidad al ser consciente de la capacidad del ser humano y atemoriza con su lanza y su escudo, que porta la cabeza de Medusa, a los cobardes.

 

Palas y la Paz conducen a los trabajadores al templo del honor

Palas y la Paz conducen a los trabajadores al templo del honor - Catedral de Sigüenza
El primer trabajo de Heracles fue el de matar al león de Nemea, una enorme y temida criatura que habitaba en una cueva y cuya piel ningún arma había logrado atravesar. El héroe lo estranguló con sus propias manos.

Personalmente, este fue el tapiz que más me llamó la atención. El gesto de los personajes y la presencia de Heracles hace que me sea más familiar y representativo de las relaciones entre deidades y héroes en la mitología griega. Heracles, portando la piel del león de Nemea y el mazo del que se ayudó para completar el primero de sus trabajos, protagoniza la escena. Palas y la Paz le guían hasta el templo del honor por sus hazañas logradas. Dos angelillos juegan y llevan consigo los símbolos de la fuerza y la honradez, mientras que un tercero carga con las armas de Atenea hasta la cima.

 

La Paz y la gloria de las Musas

La Paz y la gloria de las Musas - Catedral de Sigüenza
Las nueve Musas de Apolo son las representantes de todas las artes y la ciencias en la mitología griega: belleza, historia, poesía, música, teatro, cantos sagrados, danza, comedia y astronomía.

Esta obra puede resultar la más cargante. De primeras se presentan multitud de personajes, cada uno en relación con el otro, en un escenario poco amplio. Las nueve musas rodean al dios Apolo en el monte Helicón (puede deducirse así por la presencia de Pegaso en segundo plano) mientras yacen adormecidas por el sonido de su lira. Algunas advierten de la presencia de la Paz, que viene a comunicar la victoria de Palas sobre las guerras y la esperanza para el desarrollo de todas las artes y ciencias.

 

Los sacrificios divinos son restaurados por Palas y la Paz

Los sacrificios divinos - Catedral de Sigüenza
Esta imagen se divide en dos composiciones: a la derecha, las tres mujeres que representan el mensaje de la importancia de preservar el poder de la religión; a la izquierda, los sacerdotes y el sacrificio.

Esta escena tiene como protagonista a la Religión, representada por una mujer que es ayudada a ponerse en pie por Palas y la Paz y que porta en sus manos un libro sagrado y la llama de la sabiduría que le permite interpretarlo. En un templo ruinoso por el paso de la guerra, tres sacerdotes practican un sacrificio con un toro atado a una piedra mientras la Paz señala a tres aves en el cielo, símbolo de buenos deseos para el futuro.

 

Palas triunfante por la gloria de las armas

Palas triunfante por la gloria de las armas - Catedral de Sigüenza
Este tapiz cierra la colección de las Alegorías de Palas Atenea, con la comitiva de celebración por el triunfo de la sabiduría y la paz por el buen gobernante.

Apolo y las Musas salen del templo y marchan en comitiva como representación del buen desarrollo de las artes y las ciencias en tiempos de paz; así acompañan a Palas Atenea, que se muestra radiante y feliz en su carroza tirada por cuatro caballos blancos, símbolo de la pureza. Le sobrevuela la Victoria alada y caminan, a su lado, la Concordia y la Abundancia. Dos niños presiden el camino, portando una rama de laurel, la palma y la corona de oro de los vencedores por la justicia y el honor. Está presente también Hermes, mensajero de los dioses, al fondo de la escena.


Sigüenza es el destino perfecto para un fin de semana, así que no dejéis de visitar este espectáculo de la historia y, por supuesto, su magnífica catedral gótica: una mezcla de estilos artísticos y arquitectónicos que encierran tesoros como los tapices que hoy he querido destacar.

¡Me despido a la espera del siguiente viaje!

GCL


Una respuesta a “Las Alegorías de Palas Atenea en la catedral de Sigüenza

Deja un comentario